WildSur y Petra, family offices de los Lería Luksic y Gabriela Luksic, salen al rescate de Karün con aumento de capital
Las firmas propusieron una ronda de US$ 5 millones, de la que suscribirán un 50,1% de las acciones. El hasta ahora CEO, Thomas Kimber, pasaría a un rol de asesor y llegaría un nuevo gerente y directorio.
Por: Renato Olmos | Publicado: Jueves 17 de octubre de 2024 a las 20:30 hrs.
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Paola Luksic y Óscar Lería, de WildSur, y Gabriela Luksic, de Petra. Fotos: Verónica Ortíz
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No ha sido un año fácil para Karün, la startup fundada hace 12 años por Thomas Kimber que fabrica anteojos sustentables. La compañía se ha enfrentado a una alta incertidumbre ante la falta de financiamiento que la obligó a formular un agresivo plan de reducción de costos.
Pero habría luz al final del túnel. Según pudo constatar DF, los accionistas y acreedores de Karün recibieron recientemente una propuesta para dar sostenibilidad a la compañía de parte de los family officesWildSur, ligado a la familia Lería Luksic -inversionistas desde 2019- y Petra, relacionado con Gabriela Luksic -acreedores-, con un aumento de capital por US$ 5 millones, además de la designación de Ignacio Ureta como nuevo CEO de la compañía y nuevos miembros en el directorio.
El objetivo de la ronda es dotar de los recursos necesarios para mantener a la firma a flote para la ejecución de un nuevo plan de negocios para esta y sus filiales.
En septiembre se dieron a conocer dos cartas de Kimber -hasta ahora CEO, y que sería relevado de su cargo- a sus inversionistas, en las que detallaba el delicado estado financiero de la compañía que, a pesar de los esfuerzos por realizar una ronda de inversión de US$ 3,5 millones, aún no lograba comprometer el capital para asegurar su continuidad.
Incluso, en una de las misivas, Kimber planteó que debido a esta situación habían tomado la decisión de avanzar con el proceso de cierre de la compañía. Sin embargo, tras la difusión de los correos electrónicos, Karün emitió un comunicado en el que señalaron que aún tenían alternativas para “sacar la empresa adelante”.
Como parte de su misión de abaratar costos dejaron su tradicional oficina emplazada en el centro de Puerto Varas, Región de Los Lagos, con vista al lago Llanquihue, la que se arrienda en unos $ 7,5 millones mensuales.
Además, en una carta anterior, enviada en julio a los inversionistas, Kimber señaló que por primera vez en su historia Karün no pudo pagar los sueldos de sus trabajadores y se deslizó la opción de ejecutar una nueva ronda de inversión.
Según fuentes conocedoras del caso, el anuncio del cierre habría sido una estrategia para ejercer presión sobre los inversionistas. Algo que parece haber funcionado.
La fórmula, nuevos nombres y rol de Kimber
Aquí es cuando entran los family offices a la ecuación. En la propuesta de WildSur y Petra se comprometieron a completar, entre ambas firmas, como mínimo, el 50,1% de las nuevas acciones e invitarán al resto de los inversionistas a suscribir el porcentaje restante.
Pero hay un compromiso: ambas firmas pueden adquirir cualquier remanente para alcanzar la totalidad de la nueva emisión, según pudo constatar DF.
También, a aquellos inversionistas que antes del aumento de capital sean tenedores de deuda, se les propuso una fórmula para capitalizar sus acreencias para poder participar en el nuevo plan de negocios.
Sumado a la entrada de Ureta como nuevo gerente general, habrá un nuevo directorio al que entrarían Diego Bacigalupo y Cristóbal Hurtado.
¿El destino de Kimber? La propuesta de los family offices considera mantenerlo en la compañía que fundó como accionista, pero relegado a la figura de asesor estratégico.
Un problema de rentabilidad
Karün, fundada en 2012, destacó en el ecosistema de emprendimiento local por su enfoque disruptivo en la industria de anteojos sustentables. La compañía buscaba demostrar que era posible construir una empresa rentable y competitiva que, al mismo tiempo, contribuyera a la conservación de la naturaleza y al bienestar de las comunidades rurales.
Karün, a través de colaboradores de comunidades, recolecta materiales en desuso como redes de pesca, cabos, metales y madera en el sur de Chile, materia prima de sus anteojos, ópticos y de sol Estos son fabricados en Italia, Turquía, China y Corea y se comercializan en puntos de venta físicos y online en Chile y en 32 países.
La firma también destacó por sus alianzas con marcas ligadas a estrellas como Lionel Messi, además de Volvo, Grandvision, Walmart, Duty Free y National Geographic.
A lo largo de su trayectoria, la startup ha invertido US$ 35 millones y ha recibido capital de familias como los Luksic y Angelini. Una cifra que, aunque significativa, resultó insuficiente para alcanzar la rentabilidad.
“Nos ha faltado algo fundamental: ser rentables”, reconoció Kimber en uno de los correos electrónicos enviados a los inversionistas. También planteó que desafiar a los gigantes de la industria “con recursos limitados” los llevó a la situación actual.
Quienes conocen la situación financiera de la startup hasta antes del salvataje, señalaron que la rentabilidad “nunca fue su prioridad” y que su estrategia de crecimiento optó por “quemar capital”, como era la tendencia en el ecosistema hace un par de años. “El problema que hubo aquí fue generar impacto sin rentabilizar”, dijo una fuente.